Sandra Melgarejo y Hiedra García / Imagen: Pablo Eguizábal. Madrid
En la actualidad, la Neurología es una de las especialidades más valoradas del sistema MIR. La Sociedad Española de Neurología (SEN) y la Comisión Nacional de la especialidad trabajan para que la formación del residente cumpla los requisitos para alcanzar la excelencia y siguen defendiendo los beneficios de ampliar el periodo de formación. Jesús Porta-Etessam, vocal de Relaciones Internacionales de la SEN; Rosario Martín, miembro de la Comisión Nacional de Neurología; José Alberto Palma, vocal de Residentes de la Comisión Nacional de Neurología, y Manuel Murie, vocal de Neurología Joven de la SEN, han analizado la situación de los residentes de Neurología en España en el debate de Publicación Médica de Neurología y la SEN.
De izda. a dcha., Jesús Porta-Etessam, vocal de Relaciones Internacionales de la SEN; Rosario Martín, miembro de la Comisión Nacional de Neurología; Sandra Melgarejo, redactora de Publicación Médica de Neurología; José Alberto Palma, vocal de Residentes de la Comisión Nacional de Neurología, y Manuel Murie, vocal de Neurología Joven de la SEN.
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¿Cuál es la situación de la Neurología en el sistema MIR?
Jesús Porta-Etessam, vocal de Relaciones Internacionales de la SEN: Actualmente, es una de las especialidades más importantes dentro del sistema MIR y, de hecho, en los últimos años, los primeros números del MIR han escogido Neurología. Creo que tenemos un plan de formación bastante bueno porque nuestros residentes salen muy bien formados y, quizás, es debido a un estudio adecuado durante todos estos años de las peculiaridades de nuestra especialidad. La Neurología ha crecido muchísimo en los últimos veinte años, se han producido avances en Neuroimagen, en nuevos tratamientos, en técnicas intervencionistas dentro de la Neurología y en la aplicación de técnicas neurodiagnósticas de todo tipo. Esto ha llevado a que nuestros cuatro años de formación –tres específicos de Neurología- sean escasos y pensamos que, al igual que en otros países de Europa, sería muy beneficioso para todos que hubiera más años de formación en nuestra especialidad.
Rosario Martín, miembro de la Comisión Nacional de Neurología: La Neurología es una especialidad en progreso y en crecimiento continuo a través de la especialización y del descubrimiento de intervenciones diagnósticas y terapéuticas en distintas áreas. Evidentemente, que un neurólogo del futuro pueda estar capacitado para actuar como un neurólogo general o bien como superespecializado, depende de que haya una buena base para la formación. El programa de formación del neurólogo español, desarrollado por la Comisión Nacional de Neurología, incluye áreas comunes de la Neurología y también una serie de áreas de competencia generalizada para saber trabajar en equipo, comunicar y demás. Y después, se planta una semilla para que aquellos neurólogos que quieran especializarse puedan adquirir una formación básica en las distintas subespecialidades. El tema de los años de formación es importante porque es bastante escaso, sobre todo si nos comparamos con otras zonas de Europa en las que el tiempo mínimo de formación especializada son cuatro años y el máximo seis. Recientemente, en el European Board of Neurology se ha revisado el capítulo seis, que hace referencia a la formación de los especialistas, y la opinión generalizada es la de ampliar los años básicos de formación.
José Alberto Palma, vocal de Residentes de la Comisión Nacional de Neurología: La Neurología es amplísima, mucho más amplia de lo que uno espera al iniciar la especialidad. Es cierto que el primer año consiste en rotaciones fuera de la Neurología, por lo que la formación se queda en tres años, y es poco. Cuando se tiene la oportunidad de salir a un congreso extranjero se nota que la formación en Neurología en España es buena, pero quizás sería beneficioso más tiempo de formación por lo dicho, por la emergencia de las subespecialidades y para conocer otras técnicas que el neurólogo va a estar continuamente usando, como la ultrasonografía, las infiltraciones. Ahora que se está viendo cómo puede cambiarse la formación del neurólogo en el futuro, todo esto debería tenerse en cuenta.
Manuel Murie, vocal de Neurología Joven de la SEN: Como tutor de residentes no es infrecuente encontrar al residente que se siente desbordado al ver tanta cantidad de conocimientos. Por esto, pienso que la Neurología necesita un tiempo y no podemos comprimirla en menos. Por hacer una comparativa, en la Unión Europea la media del periodo de formación específica está en 41 meses y en España estamos en 36. Se ha trabajado mucho, se han conseguido programas formativos que complementan las áreas y los residentes en Neurología salen bien formados en general, que tiene que ser el objetivo de la residencia. La SEN y la Comisión Nacional de la especialidad trabajan mucho para que la formación del residente esté muy estandarizada y se cumplan unos requisitos mínimos para que se alcance una formación de excelencia. Y luego, además, tenemos que añadir el hecho de que el campo de actuación de la Neurología está creciendo mucho por el envejecimiento de la población. Se trabaja para dar respuesta en el futuro a esa demanda que ya está llegando, ya la estamos notando.
Con respecto a otros países de nuestro entorno, ¿podemos decir que el mayor déficit de la Neurología española es el tiempo de formación?
Jesús Porta-Etessam: En calidad, la Neurología española es de las primeras de Europa, solo hay que ver las publicaciones que hacen los grupos españoles, sobre todo clínicas, porque la investigación traslacional es difícil. Se puede decir que sí están bien formados, entonces ¿por qué pedir un año más? Probablemente con cuatro años hay personas que salen muy bien formadas, pero la obligación es que todos los que hagan la residencia en Neurología tengan una buena formación y conozcan todos los aspectos de la Neurología para poder atender luego a los pacientes de una manera adecuada.
Rosario Martín: Los especialistas españoles y, en concreto, los neurólogos son demandados en otros países de la UE como especialistas de calidad. Si nosotros nos preocupamos de que estén bien formados no es solamente por el prurito de decir que la Neurología española es mejor que la francesa o la estadounidense. Pensamos que nuestra población tiene derecho a una asistencia óptima y solo lo puede tener si nuestros profesionales están bien formados. Por otro lado, si queremos que nuestra medicina se desarrolle tenemos que invertir en investigación y en docencia. El día de mañana, nuestros residentes deben saber cómo investigar o cómo enseñar. Si no aprenden cómo enseñar su propia especialidad, la Neurología no se va a poder desarrollar y tampoco vamos a poder ofrecer esa calidad global a nuestra sociedad.
¿Cómo se desarrolla la investigación en el periodo de residencia?
José Alberto Palma: Varía mucho dependiendo del centro donde uno esté haciendo la residencia, pero, globalmente, queda poco tiempo. La investigación traslacional está por debajo de otros países y lo que nos queda son las investigaciones clínicas, que también dependen del tiempo que uno tenga, del interés que uno ponga en hacer análisis o recopilación de datos. Hay posibilidades de exponer estos trabajos en la reunión de la SEN, porque se anima a que los residentes presentemos algún tipo de trabajo. Pero, por lo general, quizás el año ese que nos falta sería muy útil para aplicarlo a una iniciación a la investigación.
Manuel Murie: Los residentes realizan investigación a su nivel. La investigación de alto nivel no parte de un residente, pero sí que pueden estar metidos en grupos de trabajo punteros e ir empapándose de este proceso. En definitiva, es un periodo de formación y uno se tiene que formar en investigar y creo que durante la residencia en España esto también se lleva a cabo, aunque lo principal es la asistencia. Si tenemos esta calidad en docencia es por el gran trabajo que hay detrás por parte de la Comisión Nacional, de la SEN, de los tutores y de cada neurólogo que forma al residente, que como norma general, están muy comprometidos.
En ese trabajo docente de la SEN también están incluidos los cursos para residentes, ¿qué valor tiene esta formación?
Jesús Porta-Etessam: Son fundamentales para tratar de homogeneizar los conocimientos de los residentes de distintas zonas. Por otro lado, también ofrecen un marco teórico-práctico, ya que las personas que imparten los cursos están acostumbradas a manejar esas patologías, con lo que transmiten un conocimiento teórico, pero también un saber hacer que ayuda mucho a ampliar la mente. También se trata de tocar aspectos que no se dan en la práctica clínica habitual. Hay lugares donde no se puede acceder a este conocimiento y tienen cabida en este tipo de talleres.
Rosario Martín: Un neurólogo no se forma asistiendo a los cursos de formación que se organizan. Sin embargo, amplía la visión. Están organizados por los distintos grupos de estudio de la SEN y brindan al residente la oportunidad de hacer una inmersión aguda en esa patología y de abordar algunos aspectos que no son tan comunes en la práctica clínica diaria. También se crean relaciones y hábitos que son altamente positivos, porque si un residente que está en un hospital determinado no sale de su entorno, puede pensar que toda la Neurología es como la que ocurre en su hospital.
José Alberto Palma: Desde mi experiencia como asistente a los cursos de formación de la SEN, creo que son un instrumento muy valioso del que disponemos los residentes para sumergirnos durante uno o dos días en una parte de la Neurología. La estructura que se sigue en esos cursos es una revisión rápida de uno o varios temas y luego, en algunos cursos, hay talleres prácticos de infiltración o de otras capacidades manuales. Todos los residentes salimos muy contentos. Las evaluaciones al final son muy útiles y lo pasamos bien, estamos a gusto.
Manuel Murie: Hay múltiples cursos a los que un residente puede asistir y los que organiza la SEN están muy solicitados. Se pretende que vayan, principalmente, los R4 y los R3, ya que el objetivo es dar un punto final a la formación. El programa de formación del curso está meticulosamente estudiado para que se toquen todos los aspectos y sea de lo más productivo para el residente. Desde la SEN estamos pidiendo que se amplíe el número de plazas porque hay residentes que se quedan sin ir. Pensamos que los cursos de la SEN son fundamentales dentro de la formación del residente.
¿Estos cursos sirven para orientar a los residentes hacia una mayor especialización en su carrera profesional?
Manuel Murie: Normalmente, en la residencia uno se va autodirigiendo hacia lo que le gusta, aunque quizás en el futuro no lo pueda ejercer. Muchos neurólogos ejercen en puestos en los que no están superespecializados. Yo no pienso que estos cursos sean para orientar sino para culminar la formación y lo que sí es cierto es que si a uno le gusta un área en concreto va a seguir ese curso con más interés y va a conocer a los exponentes de ese campo a nivel nacional.
Jesús Porta-Etessam: Estos cursos buscan crear muy buenos neurólogos clínicos. Es decir, un buen neurólogo clínico conoce las especialidades de la Neurología y maneja adecuadamente al 80 por ciento de los pacientes. El resto, el 20 por ciento de los pacientes, son tratados por el neurólogo superespecializado. Pero superespecializarse es una labor de toda la vida, igual que ser un buen neurólogo clínico.
Rosario Martín: La superespecialización es necesaria pero el neurólogo que está al lado de la población es el neurólogo general y tiene que estar bien formado. Son de distintas cualidades, pero no de calidad, porque el 80 o 90 por ciento de la patología neurológica puede ser perfectamente asumida por cualquiera de los neurólogos que salen formados por nuestro sistema MIR. La formación especializada, que es lo que en la LOPS se denomina Área de Capacitación Específica, es un proceso que debe ocurrir una vez que el profesional es neurólogo. Estos cursos completan la formación como neurólogo general y los asistentes pueden hacer contactos y ver a qué lugares del territorio español puede acudir para tener una formación más específica en un tema concreto.
Hace unas semanas se ha celebrado el III Congreso Nacional de Residentes de la SEN, ¿cuáles son los objetivos de esta actividad?
Manuel Murie: Es un congreso particular, diferente desde el punto de vista médico-científico, porque se tratan aspectos no puramente médicos, pero sí decisivos en la práctica clínica diaria: cómo dar malas noticias, cómo hacer una presentación en público… La idea de este congreso es, por un lado, presentar este otro tipo de actividades que en otros congresos no se aprenden y que son necesarias para la práctica clínica, y, por otro, involucrar a los residentes para que tengan una participación mayor e, incluso, sean ponentes en alguna de las charlas.
Jesús Porta-Etessam: Este curso surge para cubrir una necesidad en la formación y, en este sentido, hemos sido pioneros dentro de las especialidades. Nos formamos como médicos para atender a los pacientes desde un punto de vista científico. Sin embargo, no se nos enseñan algunos aspectos que son fundamentales en la asistencia, como dar una noticia triste a una familia o las capacidades empáticas que tienes que tener con los enfermos. Decidimos crear este curso con unos talleres específicos dedicados a esto y a la lectura crítica de artículos, y charlas sobre lo amplia que es nuestra especialidad, que no se centra exclusivamente en la asistencia, sino que también incluye la investigación en los nuevos campos de las neurociencias o la docencia. Además, nos parecía adecuado acercar al presidente de la SEN y a otros miembros de la Junta Directiva a los residentes para que no tengan miedo de formar parte de la Junta Directiva ni de tomar decisiones importantes para el futuro de la especialidad.
¿Qué se va a esperar de los residentes en el futuro de la especialidad?
Jesús Porta-Etessam: Creo que tienen una responsabilidad muy importante. Nosotros la tuvimos en nuestro momento y nos esforzamos para intentar enseñar a los residentes los conocimientos e intentar que crezca la especialidad. Quizá, el mayor cambio que ha habido en los últimos años es la socialización de la Neurología, que es algo obligatorio. La Neurología es una especialidad que está en la calle en el día a día, pero sobre la que hay un gran desconocimiento. El gran reto que tienen los futuros residentes, aparte del avance científico de la especialidad, es conseguir formar al público en nuestra especialidad. Para eso necesitamos muy buenos residentes, muchísima ilusión y perder el miedo a salir a los medios de comunicación para explicar qué es nuestra especialidad y qué enfermedades tratamos.
Rosario Martín: La Neurología es una gran desconocida para la población general. De hecho, encuestas que se han realizado en los últimos años revelan que una parte importante de la población desconoce lo que es la Neurología, a pesar de que la patología neurológica está ahí. El neurólogo del futuro va a tener que ser un superneurólogo porque tendrá que atender a la población, ser un buen divulgador para que la gente conozca lo que es la Neurología e investigar en el funcionamiento cerebral y las neurociencias. Además, va a tener que ser capaz de enseñar a todos los neurólogos que vienen detrás, que siempre vienen pisando más fuerte. Los residentes de hoy en día van a tener que ser los superneurólogos del mañana.
José Alberto Palma: Parece que nuestra función en el futuro no va a ser fácil… Que la población está envejeciendo es un hecho y que el ictus es una de las principales causas de muerte en nuestro país, también. Pero llama la atención que a muchas personas les cuesta reconocer un ictus y se sorprenden cuando les dices que los accidentes cerebrovasculares son tan frecuentes. Hay una cosa muy llamativa en la sociedad: por un lado, hay un interés cada vez mayor en todos los temas de divulgación de la Neurología, pero, por otro lado, hay un miedo a la Neurología porque es una ciencia muy compleja y hay cosas que todavía no conocemos. Nos tendremos que mover en ese equilibrio, entre reconocer que es una especialidad en la que todavía hay muchísimo que aprender y atrevernos a divulgar que hay muchos aspectos de la Neurología que son importantes para el día a día. Y, por supuesto, tendremos que formarnos bien en la Neurología clínica y, si podemos, contribuir a avanzar en la investigación. Nuestro papel no es fácil.
Manuel Murie: Yo añadiría una cosa más: la tecnificación de la Medicina, que viene dando saltos impresionantes. No hace tanto que acabé la especialidad y ya hay cosas que han cambiado, técnicas muy específicas que los residentes aprenden a manejar. Los residentes tienen que tener una gran versatilidad y, sobre todo, no tenerle miedo a la tecnología porque, además, van a ser ellos los que nos lo van a tener que enseñar a nosotros. No obstante, todo lo que se ha dicho son los motivos por los que la Neurología está teniendo tanto éxito a la hora de elegir el MIR.
El envejecimiento de la población lleva aparejado un aumento de las enfermedades neurodegenerativas, pero el buen manejo de esta situación no dependerá solo de la formación sino, también, de la ayuda de otros agentes. ¿Quiénes están implicados en este cambio que debe dar la especialidad?
Jesús Porta-Etessam: Es fundamental crear unos planes nacionales adecuados, sobre todo para evitar las diferencias entre las comunidades autónomas, como pasa con el ictus. El neurólogo es la persona que conoce la enfermedad y debe ser el coordinador, pero en los equipos son todos igual de importantes. En este sentido, todo lo que tenga que ver con las enfermedades neurodegenerativas se debe estructurar. Un aspecto básico que ha cambiado mucho en la Neurología en los últimos años es la asistencia al paciente agudo. Ahora mismo, la asistencia al ictus en la fase aguda es fundamental y ningún español debería estar privado de una unidad de ictus. Desde el punto de vista ético e, incluso, económico, merece la pena que existan unidades de ictus.
Rosario Martín: La patología aguda es importante, pero hay otra serie de personas que necesitan asistencia crónica. En este ámbito, los neurólogos tienen un papel importante como promovedores de actividades y de planes integrales en los cuales se cuente con recursos sociosanitarios. Sobre todo, tenemos que tener en cuenta que la planificación de todo esto requiere dinero y los neurólogos del futuro, los residentes de hoy en día, han de aprender a manejarse con las autoridades sanitarias y sociales, porque son los que tienen los recursos y los que pueden apoyar el desarrollo de este tipo de planes, que van a evitar una serie de gastos en el futuro desde el punto de vista económico y de la calidad de vida de los pacientes y sus familiares. Los neurólogos tenemos que acostumbrarnos no solamente a planificar el tratamiento en fase aguda, sino tratar de coordinar o promover planes integrales más ambiciosos.
Manuel Murie: La Neurología ha avanzado y el sistema se tiene que acoplar a ese cambio en la especialidad, en la fase aguda y en la fase crónica. Es difícil que un neurólogo pueda conseguir ese cambio individualmente, pero para eso está la SEN y las sociedades científicas. Es algo que llegará, porque el tratamiento está cambiando y la sanidad se tendrá que adaptar a los conocimientos científicos, no queda otra. Los neurólogos jóvenes tendrán que hacerlo ver y, sobre todo, formar parte de las comisiones que decidan, porque el cambio tiene que ir de la mano de la ciencia.
Ronda de conclusiones.
Jesús Porta-Etessam: La Neurología es una especialidad distinta por la forma de hacer que tenemos los neurólogos, que todavía utilizamos un sistema clínico. Esto implica que el contacto directo con los adjuntos y con otros especialistas es fundamental para que el residente se forme y, además, es una especialidad que tiene muchísimos aspectos: sociales, de investigación y asistenciales. Evidentemente, no podemos renunciar a una asistencia de excelencia en algo tan preciado como el cerebro y, por lo tanto, tenemos que luchar para que nuestros residentes sean los mejores.
Rosario Martín: Es necesaria una formación pluridimensional que siente la base de un excepcional neurólogo general, pero también de un profesional que ya tiene la semilla implantada para que se desarrolle hacia un área específica si lo cree conveniente y que va a estar capacitado no solamente para quedarse dentro de su consulta, sino que va a poder salir e interaccionar con el político, con el fisioterapeuta, con el enfermero, con el trabajador social, con el paciente y con la población. Es de agradecer el interés y la dedicación de la Junta Directiva de la SEN y de los diferentes grupos de estudio para facilitar la formación de los residentes en todos los aspectos. También destaca el papel de la Comisión Nacional de Neurología, dado que es donde se perfilan los programas de formación y esto, muchas veces, requiere una labor de interrelación con otras estructuras a la hora de defender el futuro de nuestros residentes y la calidad de su formación.
José Alberto Palma: Los residentes de Neurología tenemos una formación buena, pero que esto no ha de impedir que se siga mejorando, sobre todo, de cara a los grandes desafíos que tiene la Neurología en el futuro, por su crecimiento clínico y asistencial, por su impacto social y mediático, y, por supuesto, por el envejecimiento de la población y el aumento de la prevalencia de las enfermedades neurológicas. Todo esto, junto con una mejoría en las capacidades de investigación y un mayor progreso en la financiación y en el acceso a lo público y a lo político, ha de hacer que nuestra especialidad siga mejorando cada vez más.
Manuel Murie: Tenemos que seguir por el camino en el que estamos yendo. Todo lo que aquí se ha hablado es fruto de un trabajo anterior de la Junta Directiva de la SEN y la Comisión Nacional de Neurología. Los que estamos ahora seguimos trabajando en ello y tomamos determinaciones para mejorar. Tenemos que seguir este camino y nuestro reto tiene que ser saber transmitirlo a generaciones futuras.
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